¿A quién le importa el remake de Final Fantasy VII? Tras más de una década esperando, cualquier cosa palidece ante el anuncio de Shenmue 3. Mucho ha pasado durante estos años. La saga parecía condenada al olvido por una SEGA sumida en su continuo declive, e incluso la marca comercial “Shenmue” estuvo a punto de desaparecer por falta de uso. Ahora el juego parece que resucita de la mano de Sony, con SEGA jugando un papel testimonial (si es que va a jugar algún papel en absoluto), e impulsada por una campaña en Kickstarter que rebasó los dos millones de dólares en horas y que en el momento de escribir esta entrada se acerca a los cuatro millones.
Los momentos tras el anuncio fueron de entusiasmo absoluto. No creo haber sido el único en desempolvar mis copias de Dreamcast para ir preparándome para la llegada del juego (por mucho que no se lo espere hasta el 2017). Luego y con más calma uno va a apreciando cosas que no gustan tanto. Yu Suzuki cuenta que cree que le hará falta llegar hasta Shenmue IV o V para acabar la historia, y a saber si esas secuelas salen algún día. Hay fuentes de financiación (aparte de la que se puede suponer que viene de Sony) que no se pueden revelar, y la campaña de Kickstarter es para “sondear el interés de los jugadores”, una suerte de campaña de publicidad viral por la que uno encima paga. Y está llena de artículos de merchandising dudosos a precios increíbles (cápsulas “sorpresa” por más de 100 euros, la cazadora de cuero de Ryo por varios miles de euros…) No sé si a Kickstarter le conviene permitir este tipo de proyectos en su página, que no son realmente proyectos de financiación, sino una mezcla entre campaña de publicidad y programa de venta anticipada. Y cada vez hay más así: el proyecto reciente de Bloodstained: Ritual of the Night de Igarashi ha sido más o menos lo mismo. En lugar de financiar esos juegos, que van a salir de todos modos, ¿no sería mejor apoyar auténticos proyectos de financiación? Permítanme sugerirles Song of Horror, del estudio madrileño Protocol Games.