La muerte de uno de los protagonistas de Final Fantasy VII es uno de esos momentos icónicos de los videojuegos. Ya en su momento fue un bombazo: te lo contaban tus amigos en el colegio, medio incrédulos de que algo así pudiera pasar en un videojuego. Lo contaban los protagonistas de mangas y series de animación japonesas, en una suerte de derribo no sé si de la cuarta, la quinta o qué pared. Los redactores de las revistas de videojuegos, pese a saber que no debían destripar los argumentos de los juegos, no podían resistirse a mencionarlo.
Desde entonces Square tiene una auténtica afición por matar alguno de sus personajes. A veces lo hace nada más empezar el juego, como en Final Fantasy XII o Type 0, como una forma de crear un ambiente adecuadamente trágico. En otros casos como Final Fantasy XIII la muerte está pendiendo durante casi todo el juego y parece tan inevitable que uno casi puede solidarizarse con la determinación con la que los personajes se oponen a ella.
Pero el caso de Crisis Core es el colmo. No creo que le arruine a nadie el argumento si digo que cualquiera que empiece este juego, sabe con total seguridad que el protagonista no va a llegar vivo al final. Yo lo sabía cuando empecé a jugarlo hace unos años, y entre eso, que el susodicho protagonista resulta bastante cargante en las primeras fases del juego, y un cierto desagrado por el abuso que Square-Enix viene dando a sus viejos éxitos, lo dejé enseguida.
Así que cuando he vuelto a jugarlo hace poco (esta vez hasta el final), me ha resultado sorprendente lo mucho que me ha gustado. Hay que reconocer a los guionistas el mérito con el que van manejando la evolución del protagonista. Si es que al final a uno le cae hasta bien, y está dispuesto incluso a perdonar un cierto abuso de las escenas con Aeris. Pero, de todas formas, efectivamente al final el pobre Zack muere. Tras superar la batalla final del juego, los guionistas dedican más de una hora a contar cómo lo hace, y vaya, pese a saber que la cosa tenía que acabar así da cierta pena. Pero es mejor centrarse en las cosas buenas, así que prefiero poner el vídeo en que Zack monta el negocio de floristería con Aeris.
Por cierto que la voz nasal de niñato que le pusieron a Cloud es de nota, por méritos propios uno de los capítulos más oscuros de esa triste relación de Square con el doblaje de sus protagonistas