Contaba el otro día que vuelvo a estar enganchado a Demon’s Souls, y cuando uno de estos juegos me agarra, puede tardar bastante en soltarme, así que hasta que eso ocurra, pongo unos cuantos vídeos de uno de los aspectos más memorables del juego: los jefes de final de nivel.
El primer vídeo es de uno de los jefes que más me gusta, aunque es de los primeros: El Ídolo de los Necios. Me gusta por la ambientación, con esa iglesia y sus feligreses, y también porque es divertido de jugar. Se trata de encontrar y perseguir al ídolo “auténtico” entre las copias que hace de sí misma. La guía oficial del juego dice con bastante optimismo que “si sigues moviéndote y atacando, deberías poder acabar con ella sin problemas”… yes cierto que puede ser bastante fácil, siempre que la copia auténtica tienda a salir en los extremos y no por el medio, donde es muy fácil caer en el fuego cruzado. Porque mientras que los hechizos de las copias son moderadamente inofensivos, los de la original pueden acabar contigo de un golpe
El segundo vídeo es de otro enemigo con una entrada y ambientación espectaculares, pero menos amable en la pelea: el acechador de llamas. Yo juego con un personaje de la clase “cazador” y prefiero mantener un equipo ligero para poder mantener rapidez de movimientos para esquivar ataques, así que mi personaje no se distingue por una defensa física muy alta. Con enemigos como este, que une mucha potencia de ataque con movimientos muy rápidos que no me dejan atacar con el arco, sólo puedo limitarme a tratar de mantener las distancias hasta que pueda colocar dos o tres ataques sueltos, y estar dispuesto a gastar un suministro generoso de objetos de salud para mantener mis HP al máximo, porque si no un enemigo así puede acabar conmigo en una única racha de ataques. En este caso la guía oficial no es tan entusiasta y te aconseja “Puede ser un enemigo duro, procura conseguir alguien que te ayude”. El problema es que en el modo Nuevo Juego+ aún no he encontrado ni una sola señal de invocación. Con lo que sí me he encontrado es con un buen número de espectros negros invadiendo mi mundo.
El tercer vídeo es para mostrar que, pese a su fama de una dificultad muy alta, Demon’s Souls también tiene un buen reparto de enemigos finales muy fáciles: la araña acorazada, el empalador, el adjudicador, el viejo héroe, o este coloso obsceno. Este enemigo tan fácil es lo único medio agradable de su nivel, el Valle de Corrupción, un auténtico infierno de emboscadas y visibilidad nula que encima prácticamente no da recompensas en forma de almas o de objetos valiosos.
Hasta la próxima, asesinos de demonios.