Final Fantasy X es mi juego favorito de la serie. En parte porque fue el primero que jugué, ya que hasta el fin de Dreamcast siempre fui seguidor de las consolas Sega. Pero también por méritos del juego, por muchos considerado el último gran Final Fantasy clásico, y con suficientes seguidores como para que su reciente reedición en HD barriera en ventas a Lightning Returns durante el lanzamiento casi simultáneo de los dos juegos.
Con unas mecánicas de juego que justifican sobradamente que se le iguale a los FF clásicos, los cambios respecto de los títulos anteriores se centraron en aspectos técnicos. Aparte de las mejoras en los gráficos, posiblemente la mayor innovación de FFX fue la incorporación de voces en la mayor parte de los diálogos, prominentemente anunciada en la carátula del juego (o, al menos, en la de la versión inglesa. En nuestra versión esto no se destacó tanto, ya que como era de esperar el juego no se dobló al español). Hoy en día puede que no parezca gran cosa, pero basta con ver la cantidad de comentarios y discusión que generaron las voces en internet para darse cuenta de lo que supusieron en su momento.
Parece ser consenso general que las voces de los personajes secundarios como Auron, Wakka o Lulu son muy buenas, mientras que las de los dos protagonistas, Yuna y Tidus, dejan mucho que desear. En el caso de Yuna las quejas se centran en que habla como si estuviese todo el juego sin aliento y a punto de desmayarse. Pero el caso es que a mí me gusta, me parece que su voz ahogada ayuda mucho a darle carácter a su personaje, e incluso me gusta su risa medio tontorrona (cuando se ríe de forma más o menos natural como en el vídeo que encabeza esta entrada, no cuando saca a pasear su “risa de vaca”).
En el caso de Tidus no puedo evitar estar de acuerdo con el sentir general. Y lo peor es que la voz es sólo la punta del iceberg. Lo realmente malo es ese tono de bronceado anaranjado que exhibe, que ya es bastante desagradable en las escenas generadas con el motor del juego, pero que se vuelve insoportable en las cinemáticas, en las que de forma inexplicable Tidus parece estar dos o tres tonos más bronceado. Que las imágenes del motor del juego y las cinemáticas de FFX encajen tan mal es uno de los grandes misterios de la historia de los videojuegos. Me gustaría no ser tan mal pensado, pero cada vez que veo a Tidus al lado de Yuna en una de esas escenas, no puedo evitar pensar en esos actores que aparecen en ciertas películas japonesas junto a damas ligeras de ropa para resaltar la blancura de su piel. Mi hipótesis, por supuesto no confirmada, es que algún jugador occidental comentaría una impresión parecida cuando vio el juego casi terminado, y que por ello alguien decidió que había que aclararle la piel a los personajes en el juego, pero que cambiar las cinemáticas ya era mucho lío.
De todas formas, el juego es bueno. De verdad, es mi Final Fantasy favorito. Incluso con Tidus como protagonista.