En El Asedio, Hogueras de otro tiempo y otros relatos se pueden leer los textos ganadores del XIV concurso de relato histórico Hislibris, 10 relatos cortos y otros tantos largos que abarcan temáticas y épocas históricas muy diversas.
Un aspecto interesante del libro es la mecánica del concurso que lo originó en sí, un sistema que podría calificarse de “cooperativo” entre los diversos autores participantes y los lectores. Los autores pudieron presentar dos relatos, que se publicaron en la página web del concurso de forma anónima durante los meses previos a su resolución. Así, los otros participantes y los lectores tuvieron ocasión de leer y comentar todos los relatos participantes, señalar los aspectos que les gustaron y proponer mejoras. La selección de los ganadores tuvo lugar en dos fases. En la primera, fueron los propios lectores los que votaron sus relatos favoritos; para que pudieran votar, era preciso que hubieran participado de forma activa en los comentarios y la discusión de los relatos participantes. En la segunda, fue un jurado el que designó los veinte relatos seleccionados para su publicación y los dos ganadores.
Los relatos incluyen, como se ha dicho, temáticas muy diversas, que abarcan desde nuevas “vueltas de tuerca” a temáticas y épocas clásicas en el género, hasta propuestas bastante novedosas. Así, el relato corto ganador, El Asedio de Javier Santos, narra de una forma notablemente vívida, para lo breve que es, la caída de los últimos cruzados que defendían el fuerte de San Telmo en Malta, mientras que el relato largo ganador, Hogueras de otro tiempo, de Cristina Calmet, trata la curiosa (y para mí completamente desconocida, hasta la lectura de este relato) marginación a la que fueron sometidas durante siglos varias familias/apellidos de Mallorca como consecuencia de la condena por la Inquisición de algunos de sus ancestros por judaísmo.
Por mencionar alguno más de los restantes relatos que incluye el libro (pues son muchos para enumerarlos todos en una reseña breve, y además la mecánica del concurso induce a postularse uno mismo como “seleccionador”), El amarillo del mar, de Ángel Montoro, presenta la captura y el juicio sumarísimo a un guerrillero en la Guerra de la Independencia, narrada con considerable maestría. Aquelarre (que, dicho sea de paso, cuenta con la mención de honor de haber resultado “favorito del público” en la primera fase del concurso) narra los difíciles esfuerzos de un monje inquisidor por revertir una condena por brujería. Ariadna en su laberinto, de Antonio Iniesta, es una original vuelta a la Ariadna de Creta, en la que podemos vislumbrar la realidad que precedió al mito. Droctulfo, de Eylo Márquez, narra el romance de este carismático (y manipulador) líder lombardo con Dovia, en un relato que puede considerarse el reverso de la novela La Sanadora de Roma, comentada hace un tiempo en este mismo blog, en el sentido de que su historia podría haber sido la de Irene y Ényl de haber sido este último un poco menos cafre (el interesante personaje de Droctulfo aparece también, aunque como antagonista, en el otro relato de esta autora incluido en la compilación, Autario y la corona de hierro, relato que por algún motivo quedó por encima de Droctulfo en la clasificación del concurso). Ultreia, de Vincent Milhou, es la historia, con final sorprendente, de un peregrino a Santiago que busca con su viaje la expiación de las atrocidades en las que participó durante la cruzada contra los cátaros. Y El aviador, de Manolo Blasco, se presenta como la historia paralela de un piloto de la Segunda Guerra Mundial y el aviador de El Principito.
Estos son tan solo, como se ha dicho, algunos de los relatos que se pueden encontrar en este libro, obra que plasma en papel un concurso en el que la novela y los relatos históricos están muy vivos.